Conversación con el maestro
- Maestro... ¿qué hago con el amor que siento en mi pecho?
- Bríndalo
- ¿A quienes?
- A ti primero.
- ¿Y luego?
- Cuando tengas el amor dentro ya sabrás la respuesta.
- Maestro... ¿qué hago con el amor que irradian mis manos?
- Toca a tus hermanos.
- ¿Y si no quieren?
- No les toques.
- Maestro... ¿qué hago con el amor, si todos dicen quererlo pero le temen?
- ¿Tú le temes?
- Tal vez un poco...
- Da el amor que no temes... el otro aún debe crecer en tí...
- Maestro... ¿cuándo estaré preparado?
- Estás preparado desde que naciste...
- Pero Maestro... ¿por qué no me di cuenta antes?
- Porque no debías darte cuanta antes.
- Maestro... o sea que según usted, ¿ya estoy preparado?
- No eres un un pollo al horno, no estas preparado, solo estás vivo.
- Maestro... ¿por qué nos cuesta tanto sentir?
- Porque miedos sentimos todos, pero sentir paz...
Hijito... estas descubriéndote... no se nace para morir, se nace para vivir...
ermina con el tiempo mental... terminarás con el dolor...
- Maestro... ¿seré como usted algún día?
- Ya lo eres... pero no lo permites.
- Gracias por sus respuestas, intentaré aclarar las cosas.
- Solo respondí lo que sabías... si quieres aprender, pregunta lo que aún no sabes...
- Pues... es que no se nada creo...
- Muy bien, has comenzado a recordar y a olvidar, y cuando olvides en lo que te convertiste... tendrás las respuestas de lo que eres...
- Maestro... yo lo seguiré siempre...
- Pues no lo hagas, donde yo voy, tú no iras, no me sigas a mí, síguete a tí mismo... solo así llegarás hasta mí…
- Maestro... usted no me dejara nunca ¿no?
- En el Cielo no existe el abandono, el olvido, nada de eso... Nunca te abandonaré, es simplemente imposible.
- Es una bendición poder comunicarme con usted, recibir su atención...
- Hijito, no te he hablado a ti... Debo partir, Vive...
Y se desvaneció...